domingo, 6 de octubre de 2013

Algunas reflexiones sobre Hechos 2:37

Como mencioné estoy exponiendo el libro de Hechos. La lectura de la Biblia, y de este libro en particular, me lleva a repensar varias cosas. Comparto algunas reflexiones aquí. El capítulo 2, versículos 1-41, puede dividirse en 3 partes: el acontecimiento de la venida del Espíritu Santo (vv. 1–13), luego tenemos la explicación de Pedro y la consiguiente exaltación de Jesús como Señor y Cristo (vv. 14–36), y finalmente tenemos la reacción (vv. 37-41). Insisto en que Jesucristo continúa siendo el Actor principal del relato. El capítulo 2 es Jesús el Cristo cumpliendo Su promesa, dotando de poder y Presencia del Espíritu a Su iglesia, para hablar el evangelio de Jesús el Mesías.
Con respecto a la reacción de las personas, v. 37 dice:
Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? 
El aoristo κατενύγησαν es muy gráfico pues el verbo κατανύσσομαι literalmente significa ser perforado o apuñalado (BDAG, 523), en este caso se usa aquí de un modo figurado para indicar que los oyentes experimentaron un dolor muy agudo. Aquél dolor lo experimentaron al oír la palabra predicada por Pedro. Merece destacarse que el dolor lo sintieron en el corazón (καρδία). Actualmente el corazón es un símbolo solamente de lo sentimental, pero en aquellos tiempos el corazón representaba el centro y la fuente de toda la vida interna, es decir, los pensamientos, los sentimientos y la voluntad (BDAG, 508). Aquí "corazón" está en singular entendiéndose distributivamente (D. L. Bock, Acts [BECNT; Grand Rapids: Baker, 2007], 141.), o sea, cada persona experimentó el dolor en su propio corazón.
Las personas fueron tocadas por la penetrante y aguda espada del Espíritu en lo más profundo de sus conciencias, pero esto no era suficiente. El Espíritu les ha convencido de su pecado (Jn. 16:8), y dan un paso más. Ellos dirigieron su pregunta a Pedro y también a los otros probablemente porque previamente al discurso de Pedro hubo una difusión políglota en la cual intervinieron los otros apóstoles. Los oyentes se dirigen respetuosamente (A. T. Robertson, Comentario Al Texto Griego Del Nuevo Testamento [Barcelona: Clie, 2003], 277) a Pedro y a los demás apóstoles como "varones hermanos" una expresión muy frecuente en Hechos (1:16; 2:29,37; 7:2,26; 13:15,26,38; 15:7,13; 22:1; 23:1,6; 28:17). La pregunta "¿qué haremos?" nos recuerda lo que preguntaban las personas a Juan el Bautista cuando estaba predicando del arrepentimiento (Lc. 3:12,14). También, nos recuerda la pregunta hecha a Jesús: "Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?" (Lc. 10:25). En este contexto probablemente la pregunta sea sincera y no como aquella hecha por el intérprete de la ley.
Aquí, algunos pensamientos, y quiera Dios que podamos repensar nuestra homilética y nuestra misión:
  • A pesar de toda esta descripción: dolor en la conciencia e interés en qué hacer, todavía esta multitud debe arrepentirse y creer en la Persona y la Obra de Jesús el Mesías (vv. 38-41).
  • La reacción ante la palabra de Cristo como ocurrió aquí nos ilustra la clase de reacción esperada ante el evangelio. 
  • Hoy, a la inversa de Pedro, podemos estar preocupados en disminuir lo más posible el dolor de conciencia al hombre moderno y postmoderno. 
  • A nuestra predicación le agregamos anestésicos para evitar dolor en la conciencia, cuando es urgente despertar las conciencias.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

se dice que debajo e todo pecado está el orgullo... El gloriarse por razones y formas equivocadas. El no reconocer los propios errores es tan común que aburre. No somos totalmente excentos de ello hasta que nuestro cuerpo reciba su santo upgrade

Unknown dijo...

Excelete exégesis de las palabras y muy buena explicación y reflexión!

Unknown dijo...

Si muy buenas