viernes, 19 de junio de 2009

Introducción-Hebreo

En teoría, el estudio del hebreo bíblico es útil para el estudio del Antiguo Testamento. Pero, en la práctica el panorama resulta desalentador. En nuestra cultura pragmática los maestros de hebreo primero tienen que gastar energías y tiempo para convencer a sus estudiantes sobre la importancia del estudio del hebreo. Hay estudiantes, y hasta profesores, de seminario quienes consideran que el currículo del seminario no debería incluir la enseñanza del hebreo. Su apreciación del hebreo resulta muy negativa. Se le considera como pérdida de tiempo y dinero, pues se aduce que ahora existen muchas herramientas electrónicas las cuales hacen innecesario el estudio del hebreo. Incluso predicadores, maestros o misioneros que recibieron entrenamiento en un seminario con el paso del tiempo olvidaron sus clases de hebreo. Para muchos pastores ocupados el hebreo es solo un curso que necesitaron aprobar para cumplir con sus créditos en sus años estudiantiles. Estoy convencido, y esa es una de las razones para la existencia de este sitio, que el estudio del hebreo es esencial para la exégesis del Antiguo Testamento. Obviamente, el estudio de cualquier idioma exige disciplina y perseverancia. Una motivación debe ser siempre el glorificar a Dios por medio de un estudio responsable. De seguro que el estudio del hebreo impactará la predicación, enseñanza, consejería y discipulado cristiano.
El Dr. Robert B. Chisholm[1] nos ofrece algunas razones que explicarían el poco interés en el estudio del hebreo (aunque Chisholm escribe para estudiantes de segundo ciclo de hebreo, lo que dice es válido para los que se inician). Puede haber una razón “teológica” o “filosófica” inconsciente (y “contradictoria”, diría yo) para ello. Por un lado, se sostiene que toda la Biblia es palabra de Dios, pero por otro lado, simultáneamente se considera irrelevante al Antiguo Testamento en muchos aspectos para los cristianos. Los estudiantes evangélicos generalmente rechazarían este enfoque conscientemente. Pero, a pesar de ello no invierten tiempo en estudiar la Biblia hebrea (Antiguo Testamento en hebreo). ¿La razón? Otra razón, es que francamente no aprendieron el hebreo. Con una tonelada de tareas y limitaciones, aprobaron su curso de hebreo “como por fuego”. Otros que se esforzaron y llegaron a manejar bastante bien el hebreo, pero debido a las urgencias ministeriales y la falta de práctica “se olvidaron” del hebreo. Los docentes de hebreo tienen algo de responsabilidad. Muchas veces se dedicaron a cumplir con su sílabo en lugar de lograr competencias en los estudiantes. Además, a menudo los docentes de hebreo olvidaron integrar el hebreo con la exégesis y la exposición, asuntos que dejaron en manos de los docentes de esas áreas curriculares. Pero, ¡esos docentes tampoco conectaron el hebreo con la exégesis y la exposición! Finalmente, nadie ayudó al estudiante a integrar el hebreo con su práctica cotidiana de estudiar la Biblia. El estudio de la Biblia es emocionante, y tanto más cuando usamos el conocimiento del idioma hebreo para leer el Antiguo Testamento.
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[1] Robert B. Chisholm, From Exegesis to Exposition: A Practical Guide to Using Biblical Hebrew (Grand Rapids: Baker, 1998), 8.

1 comentario:

Unknown dijo...

¿Qué opinión sobre los cursos de Hebreo online?

En estos tiempos abundan en la web los anuncios e invitaciones..

¿Qué cosas debería considerar, antes de tomar un curso de estos? ¿Lo recomienda?